Finde de brunch

Algo que me encanta de vivir con Empar es que tenemos los mismos ritmos de sueño. A las dos nos encanta dormir y nos levantamos tarde por las mañanas, sobre todo los findes. 

“Bon dia” nos decimos bajito mientras nuestros cuerpos se acostumbran poco a poco a la conciencia. Las doce del mediodía: ¡es día de brunch! Además, hoy ha salido el sol.

Sacamos una mesa a la calle. Nuestra casa está en planta baja y da a una calle peatonal. Sacar la mesa es nuestra manera de extender nuestro hogar, de vivir el espacio compartido.

Hacemos cadena y Empar me va pasando las cosas por la ventana. Vestimos la mesa con nuestros manteles y servilletas, colocamos flores frescas en un centro y disponemos los platos rebosantes de comida deliciosa. Nuestro menú consta de huevos revueltos, quesos, pa amb tomaca, viennoiseries de todo tipo y un té verde de almendra y canela.

Saboreando el placer de este ritual y del contacto del sol sobre nuestra piel, disfrutamos de una mañana especial que nos recarga de energía y positividad.

¿Y tú?, ¿También haces brunch los findes?