
El amor en los pequeños gestos
Mi madre siempre ha sabido cómo cuidarme, incluso en la distancia. Desde una llamada a mediodía hasta un paquete de naranjas enviado con cariño. Hoy, en el Día de la Madre, reflexiono sobre esos regalos invisibles que nos sostienen y sobre cómo, a través de L’atelierme, intento devolverle un poco de ese amor infinito.
04 de Mayo de 2025

Extracto de pintura: Las tres edades de la mujer (1905) Gustav Klimt
1 · A mi madre
Mi madre me llama un miércoles de invierno a las 13:40h. Me la imagino sentada en el coche sin salir, llamándome porque me echa de menos mientras hace tiempo antes de empezar su turno en la fábrica. Yo la echo de menos a ella.
Me gusta contarle todo ahora, supongo que porque ya tengo 30 y ella 60 y ya es obvio que no hay nada que esconder.
Me imagino a mi madre sentada en el coche, en sus últimos meses antes de prejubilarse, intentando entender mis problemas y por qué no puedo volver a casa pronto.
A las 13:55h cuelga porque todo sea que al final se le haga tarde. Camina deprisa los pocos metros hasta la entrada y, mientras ficha, piensa preocupada que no ha entendido nada de lo que le cuento.
Esa noche mi madre me manda 15kg de naranjas a París porque es lo único que puede hacer para ayudarme y que, al menos, no caiga mala.
2 · Hoy es el día de la madre
Hoy es el día de la madre y me acuerdo de aquella llamada. Pienso en qué sería de mí sin esos gestos de amor infinito de mi madre, pienso en lo acostumbrada que estoy a recibir ese amor y en las pocas veces que soy consciente de lo afortunada que soy.
2.1 · Los regalos de mi madre
Mi madre me regaló mis primeras servilletas de tela cuando me mudé a París con 25 años. Nosotros siempre las habíamos usado en casa. Eran de cuadros rojos y blancos y cada uno teníamos nuestro servilletero. Para mí, ésta era una normalidad que creía universal.
2.2 · Por qué creamos L’atelierme
Una de las razones por las que Empar y yo creamos L’atelierme fue para poder compartir nuestra realidad con los demás. Para nosotras, como para mi madre, la servilleta de mesa simboliza la convivencia, el retorno a un estilo de vida reflexivo y responsable con el medio ambiente. Las servilletas de tela cuidan el tacto y el momento presente.
Hace al menos un año que mi madre quiere renovar esas servilletas viejas de la familia y que espera paciente a que nosotras saquemos adelante la marca. “Quiero ser la primera en compraros” me dice cada vez que hablamos de L’atelierme.
Hoy es el día de la madre más especial de mi vida. Hoy me encuentro preparando el paquete de servilletas y mantel que le voy a regalar a mi madre. En cierta manera quiero devolverle una parte del amor que ella me da, quiero que sea la primera en cuidar de “nuestras hijas”, y que ellas la cuiden a ella.
A mi madre, que cuida de mí hasta en la distancia y que me salva con sus naranjas y su voz.
Por María Palazón

Foto: María Palazón
Deja una respuesta